Dicen que todo se vale en la guerra y el amor y es que el amor bien puede ser una guerra, cuando se trata de asuntos del corazón no hay nada escrito y muchas veces ante las situaciones insostenibles hay que tomar medidas apremiantes. Cuando todo falla hay que buscar ayuda y esta ayuda puede venir en formas no convencionales.

Este es el caso de los rituales del amor, ya sean amarres de cualquier tipo como los hechos con vudú candomblé, santería yoruba o amarrado y claveteado, o dominaciones. No todas las personas creen en el poder de los asuntos espirituales pero los que lo han probado con una persona experta dan fe de los resultados, como se puede encontrar en las opiniones y testimonios de Alicia Collado.

No obstante, no todas las situaciones son iguales y requieren diferentes tratamientos. Los sentimientos que hayan entre las personas y principalmente los sentimientos de el o la interesada en el amarre juegan un papel crucial, al igual que los problemas o limitaciones que estén enfrentando. 

Lo principal a buscar es una vidente autentica sin gabinete real ¿por qué? porque a pesar que muchas personas realizan amarres, muy pocas saben realmente cómo hacerlo de manera efectiva. Si bien son prácticas pseudocientíficas, requieren de habilidad, entrenamiento y dones reales para poder tener resultados efectivos.

Así, la obtención de un resultado satisfactorio depende tanto de la persona que realiza el amarre como del cliente que lo solicita, ya que la energía de este es crucial en el procedimiento. He ahí la necesidad de entender plenamente si lo que se busca es un amarre o un dominio, y para ello hay que saber las diferencias.

Los amarres de amor son ideales para recuperar a tu pareja. 

El amarre es un método para “limpiar el camino” es decir, ayuda a que una persona pueda eliminar tanto los obstáculos internos como externos para poder estar con la persona que quiere. El amarre aflora sentimientos subconscientes y los potencia para que la persona renuente a la relación ceda ante sus propios deseos reprimidos.

Como se puede observar, el amarre no es una imposición, un amarre no puede crear sentimientos que no están allí ¿cómo saber si hay sentimientos por parte de la otra persona? Si existen las sospechas pero no hay confirmación, se puede buscar un vidente que disipe esa incógnita. Lo mejor es informarse entre las importantes videntes recomendadas porque muchas personas pretenden estafar con estas prácticas.

¿En qué casos hacer el amarre?

El amarre debe hacerse cuando se tenga conocimiento de sentimientos hacia uno por parte de la otra persona. Puede ser entre relaciones que vieron un prematuro fin por causas que no se relacionan a la pérdida del amor o ante problemas o circunstancias que no le dejan a la pareja terminar de estar juntos.

Se debe tener en cuenta que en cuestiones del amor muchas veces problemas emocionales y limitaciones sentimientos afloran en los otros y eso puede llevar al fracaso de una relación. Ante este escenario lo más recomendable es practicar un amarre, para darle ese empuje a la persona para llevar a cabo la relación. 

Los dominios controlarán a tu pareja

Por otro lado está el dominio, este es un tipo de práctica mucho más fuerte he intrusiva ya que somete la voluntad de la persona a la de quien hace el ritual. Como su nombre lo dice, trata sobre ejercer un dominio sobre el otro y este dominio es total. Los dominios afectan a personas que pueden no tener sentimientos amorosos hacia la persona que lo realiza, se trata del sometimiento de la voluntad, no de amor.

Empero, esto no significa que los mismos sean necesariamente hechos con magia negra, hay dominios realizados con magia blanca, de hecho las  opiniones de Alicia Collado sobre los dominios de amor hablan sobre que los mismos pueden realizarse sin consecuencia kármica. La ausencia de consecuencias en una práctica tan invasiva como un dominio se debe a que estos comúnmente hechos en resarcimiento. 

¿En qué casos hacer el dominio?

Los dominios no son recomendados en casos donde haya amor, mayormente se realizan en situaciones de venganza, cuando la persona ha cau un gran mal y se quiere que pague por ello. Es por esto que no se recibe un castigo kármico, porque en sí, es una situación kármica que la otra persona está afrontando.

Ya sea porque se quiere que esa persona sufra o que esté junto a uno, la dominación doblega su voluntad al cliente y lo pone a su disposición, lo cual no implica que haga que se enamore, pero si que desarrolle fuertes sentimientos de dependencia.

Es crucial que al hacer cualquiera de estos rituales se recurra a un experto en el tema con alta capacitación y buenas referencias como Alicia Collado, después de todo, son procedimientos complejos que mal realizados podrían ser inútiles, o peor, traer consecuencias negativas para quien lo realiza.