Mediante el trabajo realizado en plantas de reciclaje de chatarra se consigue recuperar gran parte del metal para que puedan volver a ser tratados. De esta manera, se logra reducir la extracción de la materia prima, así como los costes de productos realizados con metales, ya sean ferrosos o no ferrosos.

Las técnicas para trabajar la chatarra varían en función de los metales. Aunque la mayoría se puede fundir para trabajarlos de nuevo. En el caso del plomo, hierro, acero, cobre, aluminio, plata, oro, etc. se realiza con un proceso fácil cuando no están mezclados con otras sustancias o metales. El aluminio, es uno de los metales más usados en los hogares, ya que suele estar presentes en latas de alimentación. Es por ello que el aumento del reciclaje de este metal es ideal para ahorrar energía.

El trabajo de las plantas de reciclaje de chatarra está compuesto por varias etapas, siendo la primera de ellas la separación de los diferentes metales. Cabe destacar que algunas chatarrerías también se encargan de recoger el material previamente. Como decíamos, existen dos tipos de metales, férricos (chatarra de hierro y acero) y no férricos (bronce, latón, zinc, níquel, plomo, etc) y también mixta, es decir, aquellas que están mezcladas con otros metales.

Una vez se ha procesado, separado y concluido el trabajo de reciclaje, se prepara el material resultante para ser convertidos de nuevo en productos que serán reutilizados.

Recemsa es una de las plantas de reciclaje de chatarra con más experiencia en Madrid. Desde hace más de tres décadas trabajan la chatarra con la mejor tecnología del mercado. El Chatarrero está formado por un equipo con personal perfectamente cualificado para ofrecer la mejor calidad y garantías. Cuenta con un amplio catálogo de servicios para dar la mayor comodidad y tratamiento al cliente. Concienciados con la sostenibilidad, gracias a empresas como esta se consigue reducir el daño producido por el incremento de la industria en el medioambiente.