La educación financiera continúa siendo un déficit en la sociedad española a pesar de ser considerada por los expertos como una de las “patas” más importantes para el funcionamiento del sistema económico al marcar la diferencia entre el bienestar y la pobreza.

¿Sabemos gestionar correctamente nuestros recursos financieros? ¿En qué contexto económico nos movemos? ¿Cuáles son los derechos y obligaciones que tenemos? Aunque parezca una exageración, la mayoría de los españoles no tiene los conocimientos suficientes para responder de una forma adecuada a estas preguntas.  El motivo: existe una importante carencia en educación financiera por parte de la población.

En concreto y según la Encuesta de Competencias Financieras elaborada por el Banco de España y la Comisión Nacional del Mercado de Valores, CNMV, España está por debajo de la media entre los países de la OCDE en cuanto a conocimientos financieros. Al contrario de lo que muchos suelen pensar, esta escasez de conocimientos financieros no sólo tiene que ver con aspectos macroeconómicos sino que también están incluidos los relacionados con la microeconomía o la denominada economía del día a día.

Esta carencia conlleva una serie de riesgos para los ciudadanos y para la sociedad en su conjunto. De ahí la importancia de promover una cultura financiera entre los ciudadanos desde pequeños, ya que la mayor parte de las ideas que tenemos sobre el manejo del dinero se adquieren durante la juventud. Y no tener una formación sólida al respecto puede llegar a generar grandes problemas e, incluso, marcar la diferencia entre el bienestar y la pobreza, según destacan los economistas.

En relación con los riegos en los que se puede caer al no estar formados sobre economía, el Banco de España destaca que uno de los principales problemas que tiene la población española es la incapacidad para gestionar adecuadamente el ahorro, lo que genera dificultades para llegar a fin de mes.

El riesgo de endeudarse

Las personas que carecen de los conocimientos económicos básicos, además, no entienden la importancia del ahorro y pueden no ser capaces de entender correctamente cuáles son las condiciones que conlleva la contratación de un determinado producto financiero. Por ello, estas personas están más desprotegidas y son más vulnerables. De hecho, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) señala en varios informes que los hogares con una menor educación financiera tienden a estar más endeudados y tienen una menor riqueza.

Como hemos mencionado, la educación financiera es el conjunto de conocimientos que nos permite gestionar adecuadamente nuestros recursos financieros y comprender el contexto económico en el que nos movemos actualmente.

Para dar importancia a este tipo de formación, el pasado mes de noviembre Málaga acogió el II Congreso de Educación Financiera “Educación financiera para una sociedad en transformación” en el que los ponentes participantes coincidieron en señalar que la educación financiera es un pilar tan importante como la supervisión o la regulación económica.

Por parte de la administración, el Gobierno de España lleva años tratando de difundir la importancia de este tipo de conocimientos a través de diferentes programas y apoyando iniciativas como la del portal e-consumer.es promovida por la Asociación de Usuarios de Bancos, Cajas y Seguros (ADICAE). Todas ellas tienen el objetivo de dar los recursos informativos y formativos suficientes para afrontar los retos de la educación financiera en un momento de transformación social y nuevos retos económicos.

La necesidad de más esfuerzos

España ha evolucionado mucho en educación financiera en los últimos años. Sobre todo tras la crisis iniciada en el año 2008 y que puso a muchas familias españolas en una situación económica insoportable, llegando incluso a perder sus bienes más preciados. Una de las iniciativas más importantes fue la introducción de la asignatura de Economía en los planes docentes de los colegios tras la aprobación del Decreto 126/2014, por el que se establece el currículo básico de la Educación Primaria.

Sin embargo, este hecho se ha revelado todavía insuficiente y aún hoy son destacadas las carencias que tiene la población española en materia económica. En este sentido, un informe enfatiza los siguientes datos:

• Más del 75,5% de la población reconoce que mejorar sus conocimientos en esta materia supondría una ayuda a la hora de optimizar la gestión de sus finanzas.
• El 22% de los jóvenes de 15 años no llega al nivel básico de educación financiera mientras que el 42% de los adultos no entiende el beneficio del interés compuesto en los ahorros ni sabe calcularlo.

En este contexto, y para minimizar los riesgos, la formación económica y financiera es hoy en día un aspecto clave para los ciudadanos, independientemente de su edad. Y es que las personas con mayor nivel de educación financiera pueden tomar decisiones más informadas y gestionar de manera eficiente su dinero para alcanzar los objetivos que se proponen.