La impresión en 3D es una tecnología mucho menos nueva de lo que algunos se imaginan. Se inventó en 1976 y actualmente, en su IL aniversario, goza de un nuevo interés porque las patentes que limitaban el uso de la tecnología original están desapareciendo, lo que allana el camino para una competencia que debería hacer subir la calidad y bajar los precios. El servicio de escáner 3d y nube de puntos son sólo algunas de las tendencias que desde hace pocos años están despuntando en el mundo de la tecnología y aplicado al resto de sectores. 

La impresión 3D también conocida como fabricación aditiva (añadida) resulta de que una impresora de inyección modificada superponga capas micrométricas de tinta sólida, hasta que aparece la forma final.

Algunos lo llaman "fabricación personalizada" ya que por primera vez en la historia, cualquier persona que tenga un ordenador, un programa de diseño 3D y una impresora 3D puede fabricar productos de consumo en su propia casa. Y si a todo esto le añadimos un escáner, podremos escanear cualquier objeto, convertirlo en un diseño digital y reproducirlo.

Hoy en día, estos son los instrumentos que llegan a sustituir el martillo, el alfiler, el torno….y, va más allá de los oficios más tradicionales. Artistas y diseñadores podrán hacer realidad sus sueños gracias a la impresión 3D y al manejo de programas profesionales de diseño asistido por ordenador como el CAD.

Los expertos dicen que la impresión 3D está llevando a un cambio radical en materia de ingeniería industrial. Hay muchas formas de impresión 3D y se diferencian en las diferentes capas para crear piezas como el modelado por deposición fundida (FDM) o el sinterizado selectivo por láser (SLS) utilizan fundido o ablandamiento del material para producir las capas, mientras que otros depositan materiales líquidos que son tratados con diferentes tecnologías.

Con este método, la artesanía tradicional como la escultura, la costura o la fabricación de instrumentos de música estarían en peligro de extinción, reservados para las boutiques retro y algunas zonas sin recursos así como para los consumidores fetiche de clase media-alta.