La revolución ha llegado de la mano de la inteligencia artificial. Aunque hasta hace poco parecía algo que tenía que ver con las películas de ciencia ficción, cada vez son más las empresas de automatización industrial las que ofrecen soluciones que, en muchos casos, se basan en la propia robótica industrial.

Los procesos en las grandes fábricas han pasado de ser completamente manuales a usar la tecnología para abaratar costes, aprovechar mucho mejor los tiempos de fabricación y siempre bajo la supervisión de personas que, especializándose en cada área, se hacen vitales dentro de la propia organización.

Pese a la mala fama que siempre han traído estas revoluciones basadas en las automatizaciones, basta echar un vistazo a sectores como el del automóvil para entender que este tipo de avances viene de la mano de un aumento de la seguridad tanto de los trabajadores como del cliente final.

El porcentaje de compañías que requieren que empresas de automatización industrial les diseñen máquinas a medida para sus procesos de producción cada vez es mayor. Basta echar un vistazo a cualquiera de los sectores (moda, automoción, alimentación, etc.) para ver cómo de unos años a esta parte este tipo de demanda ha ido incrementando en busca de una excelencia mayor.

Los diseños mecánicos, eléctricos o de programación son las nuevas formas de dotar a las empresas de unas mejoras necesarias para competir en un mercado cada vez más exigente donde, además, se busca abaratar los costes de producción para mejorar los precios finales en la venta. Y gracias a esas empresas de automatización industrial acaba siendo posible ya que el tiempo de amortización de este tipo de inversiones cada vez es más corto debido al incremento sustancial de ventas gracias a una producción mucho más a la carta y rápida.

Si a todos estos procesos se suman las preocupaciones medioambientales y la puesta en escena de políticas de sostenibilidad, obviamente la reputación, calidad y ventas formarán el tándem perfecto.