Festival Global Paz e Igualdad


Festival Global Paz e Igualdad
Sociedad, 1635 veces leido

Cuando hablamos de la paz y de la igualdad, nuestra opinión no ha sido meditada previamente; los medios informativos han intervenido para “orientarnos” sobre esos conceptos tan bellos para toda sociedad humana avanzada. Cuando los medios promueven a través de sus programas televisivos la repulsa contra la violencia contra la mujer ¿Qué pretenden exactamente? Cuando los medios de masas “defienden” una sociedad democrática avanzada –por ejemplo, la sociedad española-, ¿qué están defendiendo realmente? Entonces, ¿cuánto hay de realidad en la sociedad y cuánto hay de virtualidad? Y en relación con esta pregunta podemos hacernos otra: ¿Cuánto hay de verdad real en los programas informativos y en la prensa y cuánto hay de verdad virtual, aquella que responde siempre a intereses ocultos? Finalmente preguntémonos: ¿Es el poder informativo libre para contar toda la verdad y nada más que la verdad? ¿Es el poder informativo un ente a servicio de los ciudadanos/as, o quizá está a servicio del poder que lo financia y que le marca las pautas ideológicas para “informar para orientar”? Ahora, poniéndonos desde la perspectiva del pueblo, también podemos plantearnos algunas cuestiones a tenor de esta materia tan crucial en el devenir de los acontecimientos sociales. ¿Es el pueblo español bastante maduro y bastante consecuente hoy para saber qué quiere en lo social y cómo quiere la convivencia social?, o quizás ¿Tiene el pueblo español la lucidez suficiente para hacer un gran sacrificio en aras del progreso de todos y para todos? Finalmente, ¿Estamos los españoles y los “no españoles” suficientemente formados académicamente y preparados psicológicamente para cambiar nuestra actitud mental materializada y pasiva por una nueva actitud mental activa y profunda, basada realmente en una conciencia del “nosotros o nada”? ¿Queremos aquí pan y toros, o queremos responsabilidad y unidad? Para dar respuestas a estas preguntas simples, pero no sencillas de responder inmediatamente, debemos pensar con consciencia y actuar en consecuencia, pero lo que no debemos hacer es actuar sin pensar y mucho menos eludir la responsabilidad de nuestros actos y obviar sus consecuencias en lo individual y en lo colectivo, porque, querámoslo o no, todos nuestros actos de vida tienen consecuencias personales y sociales. Podemos engañar a otros, pero nunca a nosotros mismos; esto es lo que se llama según el famoso cuento de Pinocho, nuestro” Pepito Grillo”. Este “Pepito Grillo” siempre va a estar ahí en silencio, oculto, hasta que en un momento inesperado salga a la superficie de nuestra conciencia y nos diga: “¡Hola, aquí estoy! ¿Recuerdas aquello que hiciste o aquello que paso y tú no hiciste”? o ¿Por qué no haces lo que necesitas hacer en lugar de hacer lo que estás haciendo? ¿Qué temor tan insuperable sientes que te induce a hacer cosas que te van a causar conflicto y contradicción tarde o temprano? Claro, esto nos irrita, nos enoja, nos cabrea muchísimo, especialmente si ocurre delante de otras personas, porque podemos ser descubiertos por este “maldito Pepito Grillo” que nos rompe nuestra imagen social, nuestro rol “x” o rol “y”, y estos avisos internos nos duelen mucho. Pero nos hiere muchísimo más todavía si alguien nos descubre este rol tan “lindo” con el cual nos identificamos e incluso creemos a pies juntillas. Pues, amigas/os, por aquí van los tiros, como vulgarmente decimos en muchas situaciones. Y los medios “informativos y democráticos” lo saben porque disponen de medios humanos y tecnológicos avanzados y suficientes para averiguar cómo actuamos. Y colaboran con los “liberales demócratas de los gobiernos” para formar nuestras opiniones; no vaya a ser que… ¿verdad? Podemos decir también: “¡No puede ser est0 así! ¡Los periodistas y empresas de información están sólo para informarnos!” Esta opinión es válida, pero ¿es esta opinión conscientemente libre y coherente con lo que pensamos, sentimos y hacemos? ¿Sabemos en verdad que significa vivir en democracia y lo que implica este tipo de convivencia? ¿Hemos leído el Texto de la Constitución, la Norma Suprema que somete a las demás normas jurídicas? Podemos decir que la Biblia es a los creyentes cristianos como la Constitución es a los creyentes en la democracia ¿Verdad? Entonces ambos textos supremos, el religioso y el político, suponen tres cosas: 1ª Si creemos en ellos, debemos ser consecuentes con sus preceptos morales y legales respectivamente cuando nos comportemos en sociedad y en el ámbito privado. 2ª Si creemos en ellos, debemos admitir nuestra falta de coherencia que se traduce en errores de diversa índole y de distinto grado de infracción. 3ª Si somos verdaderos creyentes en los dos textos, debemos tener la voluntad de corregirnos y mejorar nuestro trato tanto a nosotros mismos como a otras personas de nuestro entorno. Díganme, ustedes, por favor, si esto es así o no es así, puesto que mi intención en este texto escrito es aportar algo útil a los demás y al mismo tiempo a mí mismo en el camino del verdadero progreso social e individual. Veamos ahora ejemplos de hechos reales que hemos visto en la televisión hoy día para darnos cuenta del Estatus Quo español y así reflexionar sobre nuestro comportamiento social. El caso de “Puigdemont” y el independentismo catalán. Los informativos plantearon la información como un “Caso de sedición contra el poder establecido en España” ¿verdad? Y todos lo aceptamos, porque temíamos perder dinero u otro bien material si el independentismo catalán triunfaba. Al menos esto nos lo hemos creido por intercesión de los medios informativos. Pero ¿nos paramos a pensar cuánto hay de verdad y cuánto hay de invención sensacionalista? Claro, podemos decir, lo hemos visto en imágenes, que son reales. Muy bien, las imágenes fueron tomadas “in situ”, pero también pudieron haber sido “tratadas técnicamente” para que comunicasen otro mensaje, muy diferente del mensaje original que las imágenes pudieron comunicar ¿no? ¿Acaso la comunicación no es un proceso de información en el que los emisores y los receptores son intercambiables y los mensajes dejan de ser objetos para convertirse en sujetos, de tal modo que en la comunicación no existe la unidireccionalidad? ¿O sí? A tenor de este caso ¿Nos han explicado los medios de masas el origen histórico del independentismo catalán? ¿Y nos han explicado porqué se ha producido este independentismo en esta época histórica? También, ¿Realmente el Gobierno Catalán con Puigdemont al frente ha cometido sedición? ¿Sabemos qué es la sedición y cómo se lleva cabo? ¿Nos han explicado esto los “omnipotentes medios de masas”? Pienso que no lo han hecho. El por qué no lo han explicado es un tema que ha quedado pendiente y parece que ha sido sobreseído. ¿Vivimos realmente en una sociedad democrática o vivimos en una sociedad que tiene una Constitución como si se tratara de un valioso cuadro en un museo, pero la forma de gobierno no es realmente democrática, es formalmente democrática? ¿Acaso sirve este régimen para enmascarar una forma de gobierno totalitaria que permite sólo pequeñas licencias a los ciudadanos? Y si es así esto último ¿qué clase de totalitarismo estaríamos viviendo? ¿un totalitarismo ideológico o un totalitarismo económico que origen extranjero? Otro ejemplo sobre cómo somos en sociedad. Fijémonos en las películas que las corporaciones de comunicación han estado promoviendo últimamente. ¿Qué temática utilizan estas películas? ¿Qué personajes principales tienen? ¿qué códigos de influencia utilizan para captar “prosélitos” a su canal? ¿Qué mitos sociales mueven para influenciar, qué iconos manejan para influir? Atendamos a las películas por capítulos producidas por las tres corporaciones de comunicación fuertes hoy en España: Atresmedia, Mediaset y la antigua Radiotelevision Española. ¿Qué temáticas utilizan para tener gran audiencia? ?Fíjense que son tres corporaciones distintas en el plano ideológico. Mediaset produce programas en que se rinde culto a la imagen, el consumo, la materialidad de la vida y a presentar las noticias como si de pregones se tratara; Atresmedia, sin abandonar este propósito, se modera y acentúa su programación en los programas concurso de entretenimiento, sobre todo de tipo musical, en sus informativos la presentación de las noticias, con una apariencia de rigor, se emiten con mucha cautela y formalidad, como si tuviesen miedo de llamarle a las cosas por su nombre y “asustar” a la población más adicta a la televisión o tuviesen miedo de involuntariamente transgredir las normas de sus patrocinadores, y la tercera corporación, radiotelevisión española, todavía es más moderada en todo que las dos anteriores corporaciones, porque, claro está, siempre ha respondido a los intereses del Poder Establecido en vigor ¿verdad? Este canal acentúa mucho las épocas pretéritas, verdad, juega con el factor nostalgia ¿Para qué? ¿Por qué? Como podemos ver en sus programas de películas, muy a favor de “lo español”, en sus programas de entretenimiento se mueven códigos muy tradicionales en lo cultural, especialmente, relacionado con lo añejo, como si tiempos pasados fuesen mejores ¿Es posible esto? Sus programas concurso no abundan tanto como en las otras televisiones, pero fomentan, como las otras televisiones la importancia del tener sobre el ser, y manejan de modo subliminal el símbolo del dinero, presentándolo como un elemento indiscutible en nuestras vida ¿Es posible esto? Sin embargo las tres corporaciones de comunicación audiovisual coinciden en puntos: Utilizan el fútbol como icono deportivo por excelencia y vía para ser famoso y muy poderoso económicamente. También utilizan a otros deportistas de élite de otras disciplinas deportivas tales como motociclismo, tenis, baloncesto como iconos del éxito social y de la felicidad Utilizan a figuras “destacadas” de la música comercial como ejemplos para ser personas importantes y queridas socialmente y por ende, realizadas personalmente y satisfechas de sí mismas. Utilizan a otros personajes famosos, de dudoso mérito, para hacernos creer que todo es posible con esfuerzo en una sociedad “libre, justa y democrática”. Utilizan las noticias de diversa índole, principalmente las noticias de acontecimientos políticos y económicos para “formarnos” acerca de nuestra realidad y “orientarnos” en nuestras opiniones y actos. Pero sobre todo, utilizan todos sus recursos tecnológicos de comunicación y sus recursos humanos especializados a fin de acentuar nuestros miedos telúricos, aquellos miedos que, mitad se generaron en nuestro paisaje de formación y mitad, son miedos psicológicos propios de la especie, aquellos que vienen de la parte más primitiva de nuestro cerebro, del hipotálamo y de la hipófisis, miedos relacionados con el instinto de conservación o de supervivencia, miedos de nuestros ancestros prehistóricos, los cuales nos salvaban de peligrosas fieras. Pero hoy ya no son necesarios ¿verdad? Prestemos atención a todos estos aspectos sobre la televisión, que es el medio de masas más utilizado en la era posterior a la Guerra Civil Española, de naturaleza fratricida, y a las Dos Guerras Mundiales Europeas, horrendas y exterminadoras de ingentes colectivos humanos, que afortunadamente han quedado indelebles en nuestras memorias. Y yo pregunto ¿Hemos aprendido algo humano de estos tres eventos bélicos mundiales? ¿Podemos decir que vemos a nuestros semejantes de especie como hermanas y hermanos que sufren mentalmente y tienen aspiraciones similares a las nuestras? ¿Podemos decir abiertamente todos y cada uno de nosotras/os que hemos ascendido importantes peldaños en la evolución social y humana?

Autor artículo : Ricardo Carreras Silva

Jesús Antonio Fernández OlmedoFestival Global Paz e Igualdad


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