Los bichones malteses saben realmente bien de qué forma hacerse entender. El motivo es que llevan junto a nosotros miles y miles de años y se han amoldado, gracias a su increíble inteligencia, a nuestros hábitos y costumbres. Asimismo, claro está, nosotros aprendimos a decodificar y entender sus conductas por exactamente el mismo motivo. Pero, ¿qué sucede si tratamos de enseñar a nuestro bichon maltesy no sabemos de qué manera, y esa comunicación se entorpece mientras tratamos de darle órdenes ambiguas o desafíos excesivos que no es capaz de comprender?

. Lo más probable es que nuestro can se rebele y deje de hacer lo que queremos para transformarse en un “niño” malcriado.
Afortunadamente, hay una serie de pasos a continuar para enseñar bien a nuestra mascota, de forma cordial y con amor. Así sea el can más rebelde, siguiendo los consejos siguientes lograremos ir cambiando su conducta y convertirlos en obedientes y obedientes.

Temperamento, Educación y adiestramiento del bichon maltes

Cada bichon maltes tiene su carácter aunque en general la raza presenta algunos rasgos distintivos, de modo que no todos nuestros amigos caninos responderán al adiestramiento de igual forma. Y aunque un entrenador profesional puede entrenar a cualquier cánido que se le presente, podemos hacer mucho sin precisar asistir a ellos. Como regla general, los perros vienen con conductas convenientes de nacimiento, las que han adquirido de manera evolutiva. En condiciones normales, por ejemplo, un can no morderá a su dueño o a un miembro de la familia. Para ello no se lo necesita prácticamente entrenar, lo aprenden de cachorros. Ahora, si alguien intenta quitarle la comida, el cánido interpreta esta conducta nuestra como invasiva. Eso es algo que tenemos que aprender del mismo modo que ellos deben aprender a no ensuciar en la casa, por servirnos de un ejemplo.
Para conseguir una buena conexión con nuestro bichon maltes, hay algunos consejos básicos que debemos seguir. Estas pautas no las debemos trastocar porque ellos son muy susceptibles a los cambios de nuestro carácter. Las pautas claras son la mejor forma de lograr una educación efectiva de nuestro querido amigo:

Pautas para conseguir una buena conexión con nuestro bichón maltés

-No se debe corregir una mala conducta del perro pasado el tiempo. Esto es vital, puesto que nuestros perros no relacionarán a destiempo 2 hechos apartados como serán la conducta desfavorable (por poner un ejemplo ensuciar dentro de la casa) con nuestro reto.
-En vez de castigar, premiar. El can aprenderá mucho mejor si se lo premia por las cosas que hace bien, que no si se lo castiga con lo que hace mal.
-Jamás utilizar el castigo físico para corregir una mala conducta. Siempre y en todo momento emplear la voz.
-No entregar órdenes largas, pues no comprenden nuestras palabras sino más bien los tonos de la voz. Siempre y en todo momento las órdenes han de ser claras y breves, con palabras lo más cortas posibles.
-La mejor manera de corregir una conducta es en el preciso momento en que la realiza.
-Procurar entrenar al perro maltes de cachorro, pues cuando crezca su carácter se arraigará y va a ser más bien difícil manipularlo favorablemente.
-Una vez conseguido el entrenamiento deseado no hay que relajarse puesto que si dejamos de actuar de la manera conveniente para su convivencia el can poquito a poco va a olvidar y va a hacer un retroceso en su aprendizaje.
-Jamás guardarles rencor por algo que hayan hecho días atrás, ya lo habrán olvidado y no conocen ese tipo de comportamiento negativo de nosotros. Solo le vamos a hacer mal si persistimos en un castigo pasado.
-Entrenamiento y mejora de conducta del bichon maltes

Puede suceder que nuestro can tenga conductas demasiado graves, patológicas, que no sepamos de qué manera resolver. En un caso así la consulta al veterinario o bien al adiestrador de mascotas es imprescindible. No debemos dejar pasar el tiempo puesto que esas conductas negativas tenderán a empeorar si no las corregimos.
Si conseguimos que nuestro cánido esté bien adiestrado siguiendo estas pautas claras, le vamos a hacer mucho bien a él y al ambiente familiar. Y recordemos que para conservarle su salud psíquica y social, es siempre y en toda circunstancia mejor el premio por lo aprendido que no el castigo por algo que haya hecho mal.