Las redes corporativas son parte fundamental del buen funcionamiento de una empresa. Ellas permiten la disponibilidad de herramientas para clientes, el acceso a Internet y el uso de servicios críticos. Sin embargo, sin el monitoreo de red correcto, la compañía puede tener dificultades para verificar la información necesaria para la toma de decisiones y la planificación de nuevas inversiones.

Puede no parecer, pero las redes corporativas son parte fundamental del buen funcionamiento de una empresa. Ellas permiten la disponibilidad de herramientas para clientes, el acceso a Internet y el uso de servicios críticos. Sin embargo, sin el monitoreo de red es correcto, la compañía puede tener dificultades para verificar la información necesaria para la toma de decisiones y la planificación de nuevas inversiones.

Por lo tanto, los gestores de red deben trabajar para garantizar el mejor funcionamiento posible de la red. Este trabajo va más allá del uso de equipos de punta y bien dimensionados para el uso de la compañía. También es necesario hacer el correcto monitoreo de los recursos, garantizando que todos los servicios estén disponibles y ningún equipo defectuoso pueda causar fallas de conexión.

Rastreando fallas y disminuyendo los problemas
Monitorear una red corporativa es una tarea indispensable para quienes buscan tener una estructura de TI con pocos errores de conexión. El control de los recursos y de los sistemas que utilizan Internet garantiza que los problemas ocurran con menos frecuencia. Además, el costo de mantenimiento disminuye, ya que las fallas se identifican más rápidamente.

Parte de esta tarea puede ser hecha por medio de sistemas automatizados. Se detectan cuando un equipo falla y envía una alerta a los profesionales responsables de la administración de la red. Al reducir el tiempo necesario para solucionar un problema, el período en que un servidor o sistema no está disponible pasa a ser menor.

Uno de los objetivos de todo analista de TI es disminuir los costos con el mantenimiento de una red a lo largo de los años. Al rastrear fallas frecuentes y equipos con problemas constantes, esta meta es fácil de alcanzar. La identificación de patrones que normalmente pasan desapercibidos permite que las tendencias sean solucionadas por acciones preventivas.

Con la mejora en la identificación de fallas, el tiempo necesario para el cambio de un equipo se mide con más facilidad. De esta forma, la compañía consigue programar la inversión en una nueva máquina con más tranquilidad, disminuyendo los costos de la sustitución. Además, el momento adecuado para cambiar la tecnología utilizada en la conexión a algo más rápido, como es el caso de la fibra óptica, que se identifica más rápidamente.

Los mantenimientos preventivos pasan a ser más eficientes. Cuando la empresa sabe el desgaste de los equipos con precisión, puede realizar mantenimientos que aumentan su vida útil. Así, la red opera en el límite de su capacidad con menos frecuencia, mejorando la calidad de la conexión.

Prevención que aumenta los beneficios y reduce los gastos
El éxito de una gestión de TI pasa por una buena planificación. Permite definir correctamente los momentos en que las inversiones se tomarán y el cambio de un equipo será realizado. De esta forma, la tecnología puede desempeñar un papel fundamental en el aumento de la competitividad de una empresa.

Una de las mejores formas de hacer los servicios digitales más eficientes es a través del monitoreo de red. Permite que las fallas se rastreen más fácilmente, optimizando el acceso a los recursos digitales de una organización. Con la mejora del uso de los recursos de red, la empresa puede dirigir mejor sus inversiones y potenciar la productividad de sus empleados.

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