Las plantas que se utilizan en la construcción de jardines verticales no son especies raras, específicas y concretas para este tipo de proyectos, sino todo lo contrario. Es decir, las plantas para jardines verticales son las mismas que se utilizan en cualquier jardín tradicional que tenga una disposición horizontal.

Por tanto, la principal diferencia es la posición en la que se encuentra el jardín y el sistema empleado para ello.

¿Por qué se están poniendo de moda los jardines verticales?

El primero es la falta de espacio para poder crear zonas verdes y ajardinadas en el suelo debido a la alta concentración de edificios, imposibilitando la ejecución de proyectos verdes como parques, zonas verdes, etc.

Y el segundo motivo es la cantidad de beneficios que se obtienen de diferente ámbito a causa de un jardín vertical.

Por un lado se obtienen beneficios de carácter medioambiental porque un metro cuadrado de pared vegetal es capaz de producir el oxígeno que necesita una persona para todo un año.

Reduce el efecto isla de calor que tan común es en los principales núcleos urbanos

Un metro cuadrado de fachada verde consigue atrapar hasta 130 gramos de polvo en un año, etc.

Por otro lado, un jardín vertical es todo un reclamo para el turismo. Encontrarse con toda una pared o fachada de un gran edificio recubierta de plantas es increíble y todo un espectáculo para ver. Esto implica que haya un volumen mucho mayor de personas paseando por la zona en cuestión. Y esto a su vez supone que a nivel económico la zona sea más “fértil” para montar negocios y zonas de ocio, lo que a su vez supone más turismo y personas.

Si además, es una empresa la que ha llevado a cabo el proyecto de jardinería vertical, está mostrando al mundo la responsabilidad que tiene frente al medio ambiente y demuestra su compromiso para querer reducir el impacto negativo al mismo.