Los jardines verticales generan un importante número de beneficios. Solo un metro cuadrado de fachada verde produce el oxígeno que precisa una persona a lo largo de un año. Estos proyectos naturales mejoran el aire que se respira en las urbes. Un edificio de cuatro plantas que disponga de un muro verde en una de sus testeras puede filtrar por año cuarenta toneladas de gases dañinos.
Y no solo tienen efectos ventajosos para la calidad ambiental. También ayudan a reducir hasta en cinco grados la temperatura interior de un edificio en la época estival y sostener una climatización estable en invierno, lo que supone un ahorro de quinientos euros por metro cuadrado todos los años, conforme el Instituto de Tecnología de Tokyo.
La proximidad a las zonas verdes asimismo tiene efectos positivos sobre nuestra salud. Contar con de flora cerca del trabajo mejora el desempeño laboral. “Los jardines y áreas verdes son esenciales para el bienestar integral de las personas”, conforme Enric Pol, catedrático de Sicología Ambiental de la Universidad Autónoma de Barcelona.
La OMS aconseja que los ayuntamientos dispongan, por lo menos, de entre diez y quince metros cuadrados de zonas verdes por habitante. No obstante, las urbes españolas están lejos de estas cantidades. De las treinta y cuatro capitales españolas, solo 7 superan los quince metros cuadrados de zona verde. El primer puesto es para Vitoria con treinta y nueve metros cuadrados por persona y en otros puestos señalados figuran Gerona,con veinticuatro metros cuadrados, San Sebastián, con veintidos y la capital española con diecisiete, conforme los datos del Observatorio de Sostenibilidad.
Además de los beneficios relacionados con la salud, también se obtienen beneficios económicos, ya que sin lugar a dudas, un jardín vertical es todo un atractivo para las personas. Muchos son los turistas que visitan las zonas donde hay un jardín vertical ejecutado, lo que favorece a que en esa calle haya más tránsito de personas y se permita abrir más locales como tiendas, restaurantes, etc.
Y no solo afecta de forma positiva a la zona donde está ubicado el jardín, sino que de forma directa, revaloriza e incrementa el valor del inmueble donde está colocado el jardín