La fragilidad de la vida y las luces del calidoscopio es el título del nuevo trabajo de la poeta zaragozana Blanca Monreal. Un poemario que expone cada uno de los fragmentos en los que se rompe el alma humana para componer con ellos un yo más maduro a lo largo de la vida. Luces y sombras que aparecen y desaparecen del mundo, que nos colman y nos dejan un hueco de orfandad que nos recuerda lo frágil y hermosa que es la vida.
La obra se divide en dos partes consecutivas que narran la fragilidad que nos rompe y las luces de los fragmentos reconstruidos que nos guiarán hacia el futuro. Amor, dolor, esperanza, deseo y la fortaleza para aprender de todos ellos lo suficiente para sobrevivir y disfrutar del trayecto.
La primera parte de la obra se centra en los poemas que reflejan la parte más frágil de la vida. Experiencias comunes que nos acercan y alejan de nuestra identidad y del entorno a través de alegrías y tristezas, de retos y frustraciones que sin duda nos harán más fuertes. Una forma de expresar que para construir un yo más fuerte y maduro hace falta romperse muchas veces y de muchas maneras primero. Aprender de lo bueno y de lo malo, llegar a lo más alto y caer hasta el fondo. Entender que las experiencias son fugaces y que la vida no se detiene por nada ni por nadie, aunque nos dejemos la piel en el intento.
Apenas entras en la vida
y al galope tendido
el amor secuestras,
como un ave errante,
anunciando el desconsuelo.
Y la tarde etérea
va pasando,
dorando el cielo lejano
en sfumato
hasta alcanzar el crepúsculo
incontenible.
A fusta y espuela
has pisado tenaz,
retornando a un paisaje
poblado de espejismos.
La segunda parte, las luces del calidoscopio, recompone con los pedazos nuevas formas y espejismos que nos duelen y nos alumbran el camino a seguir. La autora desglosa tanto en el título como en el interior la hermosa vista de un calidoscopio compuesto por infinitas partículas combinadas de lo que fuimos, somos y pudimos ser.
Relata experiencias que no son ajenas para nadie que se haya atrevido a mirarse por dentro y descubrir a otros habitando el espacio que se abandonó o en el que nos abandonaron. Conserva el amor y el dolor de lo vivido y lo utiliza para reflejar un todo más extenso y veraz de la aventura de vivir.
Blanca Monreal nació en Zaragoza. Es licenciada en Magisterio en la especialidad de Audición y Lenguaje y ha dedicado su labor profesional a la docencia en la Escuela Pública. Ha participado en diferentes movimientos poéticos y colaborado con sus poemas en algunas publicaciones como la revista Cristal. La fragilidad de la vida y las luces del calidoscopio (La Equilibrista, 2020) es su nuevo trabajo.