Es innegable que la pandemia mundial en la que todavía nos encontramos ha pasado una grave factura a multitud de negocios. Algunos de ellos se están viendo obligados al cierre, mientras que otros subsisten como buenamente pueden. Sin embargo, no todo es negativo a nivel monetario.

Afortunadamente algunos sectores sí se mantienen a flote e incluso ven incrementada su facturación. Un claro ejemplo es el de dos tipos de plataformas que detallaremos a continuación. Nos referimos sobre todo a las aplicaciones de citas, tales como Tinder, amén de los chats tematizados.

Uno de los que mayor auge han experimentado es el chat de sumisas. Ello es comprensible teniendo en cuenta el aumento del apetito sexual por parte de los españoles. 

Algunos usuarios no se conforman con el simple hecho de intercambiar mensajes en tiempo real, sino que van más allá. Concretamente optan por establecer comunicación a través de la cámara web. Para tal fin existen agregadores de webcams como el conocido bajo el nombre de Varduma. 

Para este tipo de internautas resulta un placer la simple acción de poder interactuar en directo con aquellas personas que son de su agrado no solo en términos visuales, sino también en lo que al carácter se refiere. 

Un confinamiento demasiado duro 

El año 2020 empezó con una noticia muy negativa para el país de China, aunque se indicaba que no llegaría a salir de dichas fronteras orientales. Todo cambió con la llegada del mismo virus a Italia. Tras penetrar en Europa el COVID-19 se fue extendiendo hasta sacudir con dureza a múltiples regiones. 

España fue uno de los países más castigados. Pocos olvidarán los meses de marzo y abril en los que definitivamente tuvo que establecerse un confinamiento a nivel global. En caso de no actuar de esta manera el virus se habría extendido más de lo que ya logró hacer.

Por desgracia el confinamiento tuvo que ser muy duro en lo que a las restricciones y prohibiciones se refiere. Ni siquiera los niños podían salir de casa, situación que no cambió hasta haber transcurrido unas cuantas semanas.

En lo que a los adultos se refiere, las únicas alternativas para poder salir de casa se resumían básicamente en ir al estanco, acudir al supermercado y poco más. Es decir, las acciones de primera necesidad. 

Incluso quienes tienen pareja y no conviven con ella no pudieron conciliar una relación normal durante demasiado tiempo. Resultaba del todo imposible quedar para ir a cualquier lugar. Ni siquiera existía la alternativa de ir a casa del otro para pasar un buen rato juntos.

Esta situación fue difícil de sobrellevar sobre todo para los jóvenes en general, quienes están acostumbrados a hacer gala de un alto nivel de socialización. Así pues, poco a poco tuvieron que resignarse y empezaron a optar por otras alternativas. 

Gracias a la evolución tecnológica hoy en día existen multitud de sistemas a través de los cuales es posible comunicarse en tiempo real casi como si se hiciera en persona. De hecho, dichos avances han permitido a multitud de trabajadores poder desempeñar sus labores telemáticamente a pesar de no ir a la oficina.

Ya de por sí la generación milennial es bastante propensa a utilizar servicios como los que describiremos próximamente. Debido a la situación provocada por la crisis sanitaria, el número de usuarios se vio incrementado de forma muy considerable. 

Comunicación a distancia 

Durante esas semanas que tan duras fueron, para los españoles resultaba un alivio poder charlar con otros usuarios que estaban en la misma situación. Compartir charlas, experiencias y planes para el futuro era toda una terapia que le fue realmente bien a la mayoría de internautas que optaron por esta alternativa. 

De hecho, para muchos de ellos ha sido más que productivo. Y es que se han formado bastantes parejas en todo el país a través de aplicaciones como la citada en anteriores párrafos. En efecto, nos referimos a Tinder.

Generalmente este tipo de servicios online dan pie a que las quedadas se produzcan al cabo de escasas horas tras haber entablado la primera comunicación. Por supuesto ello deriva en citas que fracasan por no conocerse demasiado. Las incompatibilidades tarde o temprano terminan pasando factura. 

Sin embargo, todo lo contrario ha sucedido durante el confinamiento. Al no poder quedar, los usuarios aprovecharon para hablar mucho entre ellos. De esta manera lograron conocerse al cien por cien, indagando en los gustos ajenos –y tal vez compartidos por ambos–, charlando sobre las inquietudes culturales y un largo etcétera. 

Esta comunicación, la cual ha sido a distancia durante muchas semanas, terminó traduciéndose en una quedada presencial muy esperada por las dos partes. Es cierto que las medidas de higiene y seguridad planteadas en la nueva normalidad impiden disfrutar de altas dosis de cariño. Aun así, ello no evita gozar de quedadas con personas que tal vez en un futuro se conviertan en la media naranja.