En este artículo encontrarás las ventajas de utilizar bombillas LED tipo PAR como iluminación comercial.

Antes de explicar en qué consisten las bombillas LED tipo PAR, es necesario acotar el tema, empezando por la introducción de las bombillas LED, que entran en el mercado a principios del siglo XXI y se extienden de manera masiva a partir de 2012, al desaparecer las bombillas incandescentes.

En realidad, la tecnología led (basada en diodos emisores de luz) se descubrió a principios del siglo XX, concretamente en 1907, pero no fue hasta 1962 cuando fue lanzado la primera luz con tecnología LED y de un único color: el rojo.

Entre finales del siglo XX y la primera década de nuestro actual siglo se consiguió el desarrollo de la luz LED blanca, a la vez que se consiguió que su potencia lumínica superara con creces la de cualquier lámpara incandescente y, por supuesto, fluorescente.

Casi un siglo le costó a la luz LED llegar a conseguir la luz blanca, pero una vez lo consiguieron los científicos, ha tardado menos de una década en posicionarse como la mejor opción, especialmente para comercios y oficinas, gracias a sus enormes ventajas.

Hoy en día, la luz LED está más que extendida, en competencia con otros sistemas de bajo consumo tal vez más económicos, pero no tan duraderos: la vida útil de una lámpara de este tipo es de 100.000 horas de luz, equivalente a 11 años de emisión lumínica permanente.

Y sólo con este dato, empiezan a emerger las ventajas de las bombillas LED, que, si bien son más caras que, por ejemplo, las bombillas de bajo consumo (entre un 40 y un 50%), duran entre 20 y 25 veces más; y, además, consumen 2,5 veces menos que su competidora.

Se trata de unas bombillas ideales para un comercio, ya no solo por su bajo coste de consumo y su durabilidad, sino también por su baja necesidad de mantenimiento y su resistencia, tanto térmica como a los golpes o caídas. Además, su encendido es instantáneo y no necesitan calor para ofrecer más cantidad de luz.

Su tecnología hace que las emisiones de CO2 son muchísimo más bajas y la luz que emiten es monocromática, es decir, que no emite luz ultravioleta, ni infrarroja, siendo algo mucho mejor para la salud visual. A diferencia de las bombillas incandescentes (y ese fue el principal motivo de su retirada) no contienen mercurio, de manera que son muchísimo más ecológicas.

Su luz también es más homogénea que cualquier otro sistema y tiene una mayor capacidad para reproducir con mayor fidelidad los colores y siluetas de los objetos, algo de suma importancia en su uso comercial.

Para cuando se necesita poner el foco en un objeto, escaparate, maniquí, etc., existe la posibilidad de utilizar lámparas LED PAR. Las lámparas PAR son bombillas en forma de cono de diferentes diámetros y que se caracterizan por su reducido ángulo de luz. De esta manera, proyectan un potente haz de luz concentrado, ideal para destacar objetos concretos en un punto de venta, un stand de feria, etc.

También resulta de gran utilizad y eficiencia en locales con techos altos: naves, gimnasios, teatros, etc. en los que un ángulo de luz cerrado dispuesto a una gran altura es suficiente para su iluminación.

Las lámparas PAR pueden ser alógenas y LED. La ventaja de estas últimas es que no emiten el calor que emite una lámpara alógena, además de todas las ventajas de durabilidad, resistencia, ahorro y eficiencia que ya hemos explicado anteriormente en este artículo. No emitir calor, en muchos casos puede ser muy importante en la iluminación de productos que se desgasten con temperaturas elevadas.

Colocar un foco LED PAR es tan sencillo como desenroscar la bombilla existente y sustituirla por la nueva, olvidándose del farragoso portalámparas que soportan las bombillas halógenas. Se trata del clásico casquillo de rosca de las bombillas tradicionales.

Al colocar este tipo de iluminación en un comercio, se nota inmediatamente la diferencia. La homogeneidad y pureza de la luz resultante, que permite una mayor definición de los colores y de los objetos iluminados, es impresionante, dando una sensación de mejor enfoque.

No se olvide que España es uno de los países de la Comunidad Europea con el precio de la luz más caro, con un ascenso del 77% en los últimos quince años. Realmente, en negocios en los que tiene que estar permanentemente encendida, como oficinas o tiendas, puede llegar a ser un gasto abrumador para muchos empresarios.

Hay maneras de reducir el consumo de electricidad en los negocios. Utilizar luces más eficientes en este tipo de espacios es una de las mejores soluciones. Y si, además del ahorro se consigue una mayor calidad, eficiencia y bajos costes de mantenimiento está claro que la luz LED es la mejor opción.